Días atrás el Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano informaba sobre los últimos hallazgos en el cementerio de la localidad vizcaina. Merece la pena, acercarse al lugar, y conocer más para despejar cuestiones como la siguiente ¿Cuántas personas podrían responder de forma acertada a la pregunta de cuáles fueron las tres localidades vascas bombardeadas en más ocasiones durante la guerra de 1936? No fueron ni Gernika ni Durango. Siempre según el Atlas de bombardeos en Euskadi (1936-1937), obra impulsada por Xabier Irujo, fueron por este orden las siguientes: Bilbao, Legutio y Amorebieta-Etxano. En este último municipio –donde aún hay personas que niegan estos ataques aéreos– se avanza en los últimos años en materia de memoria democrática.

Hombres portan a un herido a su paso por la casa conocida como de Natalia Abarrategi Arriola en Amorebieta. OLIVARES ZORRIQUIETA

Los a la postre franquistas ocuparon el pueblo de Amorebieta en mayo de 1937. Por ello, esta efeméride se conmemora cada año como reconocimiento a la resistencia que se ejerció a favor de la democracia legítima en la localidad. La ciudadanía, según el estudio de Irujo, sufrió 49 acciones ocurridas en un total de 20 días. El estudio recoge que 113 pueblos de Hegoaldea fueron atacados por aire desde el 22 de julio de 1936 al 18 de agosto de 1937. No obstante, la primera localidad que sufrió un raid contra población civil y con planificación militar consensuada entre potencias en Europa, América, Asia y Oceanía, fue lamentablemente Durango el 31 de marzo de 1937 y días posteriores de abril. La misma Aviazione Legionaria italiana del fascista Benito Mussolini ya había protagonizado dos años antes el banco de pruebas de forma sistemática en Abisinia, actual Etiopía, único país de África que a pesar de ello no ha sido colonizado nunca.

En 2025, en estos momentos, la actualidad está en el cementerio municipal Leginetxe. Allí, en breve, se procederá a retomar la exhumación de una zona verde en la que en cuatro campañas o fases se han sacado de la tierra arcillosa 126 cuerpos que descansan en la sede de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, gracias al empeño y tesón de la agrupación Euskal Prospekzio Taldea, colectivo que señaló e insistió –vía Alberto Sampedro Ixile y Kepa Ganuza– que se trabajara en ese “lugar sin tocar” y presidido por una cruz que se ha eliminado. La quinta fase de actuación es inminente. Se estima que pueda ser este mismo mes de mayo.

Con todo, hasta la fecha se estima que es la fosa más grande de Euskal Herria, por delante de las de Urduña o Derio (cementerio de Bilbao). “Nosotros consideramos que son realmente diez fosas dentro de una”, diferencian desde Euskal Prospekzio Taldea. Merece la pena llegados a este punto, dejar por sentado que esta entidad puede y suele actuar de forma independiente o conjunta con la Sociedad de Ciencias Aranzadi, ya que la mayoría de los componentes de Euskal Prospekzio Taldea son socios de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Un ejemplo es que las labores que en los últimos tiempos desempeñan también en el monte Saibi las están realizando Euskal Prospekzio Taldea. Aranzadi solo participa en ellas en caso de exhumaciones.

Puesta en valor y diferenciada la labor de cada entidad –y no incardinados los unos en los otros– en el camposanto zornotzarra han recuperado 126 cuerpos, restos óseos de combatientes de la guerra y de tres mujeres. Estas últimas pudieran ser de la comunidad de la cárcel de mujeres que funcionó en el municipio dirigida curiosamente por el franquista Francisco Machado, hermano de los poetas Antonio y Manuel Machado, y también literato. Los inmejorables trabajos cuentan con el trabajo también voluntario de BIOMICs, de Pipergorri de Gernika-Lumo, de Crónicas a pie de fosa, de la Mesa de la memoria de Ortuella, del grupo memorialista de la cárcel burgalesa Valdenoceda y ciudadanía de Amorebieta-Etxano a título individual.

Euskal Prospekzio Taldea, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, el instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora del Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Amorebieta-Etxano han hecho entrega en este tiempo de los cuerpos de combatientes a las familias de los comunistas del batallón Perezagua Adolfo Cengotitabengoa, Jaime Iñiguez, Benigno Hierro y al gudari del batallón Sarasketa del PNV, el jienense Enrique Contreras. Se esperan más.

Benigno Hierro Pinedo Irekia

Según información aportada por Gogora, Benigno Hierro Pinedo era natural y vecino de Ortuella (Bizkaia), trabajaba como minero, estaba casado y la pareja tuvo dos hijos. Combatió en el batallón nº 10 Perezagua del Partido Comunista de Euskadi y murió en combate el 7 de abril de 1937, cuando tenía 31 años, según consta en el Registro de Fallecidos en Campaña, conservado en el Archivo Histórico Provincial de Bizkaia.

Adolfo Cengotitabengoa Izurza, natural de Muskiz, y Jaime Iñiguez Nieva, de Ortuella, ambos también milicianos del batallón Perezagua, del PC. Se dio la circunstancia de que los dos fallecieron el mismo día, el 7 de abril de 1937; Cengotitabengoa en el frente de Barazar, con 31 años, e Iñiguez en el Hospital Militar de Amorebieta-Etxano, con 19 años, “a buen seguro, tras haber sido trasladado herido desde el mismo frente”, valoran desde Gogora.

Enrique Contreras, por su parte, nacido en Linares (Jaén), vivía en Aretxabaleta (Gipuzkoa), desde 1930, y murió en combate el 6 de abril de 1937, en Dima. Estaba casado y la pareja tuvo dos hijos. Enrique trabajaba en la fábrica Industrias Beroa. Con la llegada de las tropas españolas golpistas, como otras muchas familias guipuzcoanas, se vieron obligadas a salir de la localidad y a buscar refugio en Bilbao.

Durante la guerra, Enrique Contreras combatió en la 5º compañía del batallón de Ingenieros nº 2, Sarasketa, adscrito a EAJ-PNV, y falleció con 41 años en Dima, el 6 de abril de 1937, según consta en el Registro de Fallecidos en Campaña, conservado en el Archivo Histórico Provincial de Bizkaia.

En este solar de 300 metros cuadrados han aparecido desde 2023 diversos objetos personales como monedas de Euzkadi, pipas de fumar, botas de goma, un anillo, botones de varios tipos, y también algunos objetos de material quirúrgico, caso de pinzas, imperdibles o férulas. Por suerte, continuará.