Oihan Sancet es de esos jugadores que le cambian la cara a un equipo. Máximo goleador del Athletic esta temporada con 15 tantos en LaLiga y 2 en la Europa League, el mediapunta volvió a demostrar su jerarquía ante el Alavés pese a no marcar. Recién salido de su sexta lesión del curso, el navarro esperó turno en el banquillo hasta que Ernesto Valverde recurrió a sus servicios en un momento crítico del partido. Corría el minuto 67, asomaba el Athletic atascado en ataque desde el pitido inicial debido en buena medida a las sensibles ausencias añadidas de los Williams y Berenguer, y Sancet entró en acción en detrimento de Canales.
Respondió San Mamés con una sonora ovación con la esperanza de que el de Mendillorri fuera capaz de cambiar por cuenta propia el signo de un derbi que se encaminaba hacia el 0-0. Con solo un remate a portería por bando en más de una hora de juego, faltaba la chispa que agitara el choque para someter a un Alavés que caminaba a gusto, plácido, hacia el empate sin goles. Miró de reojo Eduardo Coudet a Sancet cuando este se disponía a saltar al verde consciente de que podía avecinarse tormenta para los suyos. Y así fue. Solo necesitó dejar su sello el de Mendillorri en una acción para cumplir las expectativas, positivas en el bando rojiblanco y de temor en el gasteiztarra.
La tormenta que temía Coudet se desató al paso del minuto 71, solo cuatro minutos después de que Sancet irrumpiera en escena. Combinó el navarro con Ruiz de Galarreta tras ofrecer uno de sus giros marca de la casa en la recepción del esférico, tiró el desmarque al espacio siendo habilitado por el eibartarra con un globo sublime y, como si fuera sencillo, controló con el pecho el balón para habilitar con la izquierda a Guruzeta en el corazón del área. No acertó en el disparo cruzado el donostiarra, que entró desde el banquillo al igual que Sancet, pero el remate lo hizo bueno Manu Sánchez al meter la pierna en el segundo palo ante la oposición de Maroan e introducir el cuero en su portería.
Celebraron el tanto con aroma a Champions aficionados y futbolistas en perfecta comunión mientras Sancet sonreía con la dulce sensación del trabajo bien hecho. Una aparición, un gol. Suficiente para tumbar a un rival que no se levantó de la lona. “Estoy muy contento por poder volver a jugar y ayudar al equipo. Más aún por haber ganado y dejar los tres puntos en casa. Después de la eliminación en Europa era muy importante ganar para seguir arriba y hay que seguir”, lanzó al término del encuentro Sancet, nombrado MVP de un partido en el que le bastaron unas pocas pinceladas de clase para marcar diferencias.
Djaló, otro mal día
Si Sancet protagonizó la cara de la moneda en una tarde gris de fútbol, Djaló fue la cruz. Titular por segundo partido consecutivo, el extremo volvió a decepcionar al mostrarse errático en la práctica totalidad de acciones ofensivas en las que intentó generar peligro por banda izquierda. De nuevo sin los Williams como ocurrió el pasado jueves en Old Trafford, se esperaba que Djaló mejorara sus prestaciones en un ataque completado de inicio por Olabarrieta, Canales y Maroan, pero no fue así. Completó otra pobre actuación el ‘11’ del Athletic, sustituido eso sí entre aplausos en el minuto 55 por Guruzeta.
Cuestionado por Djaló, Valverde apuntó tras el encuentro que “lo intenta igual que los demás y a veces está más afortunado y otras veces menos. El partido en líneas generales estaba siendo difícil para los jugadores de arriba y tiene que seguir luchando”.