No podemos apartar la vista
“Una bebé de 5 meses que pesa 2 kilos: aumenta la desnutrición en Gaza en el tercer mes del bloqueo de Israel”. Así titulan en la BBC la crónica diaria del horror en Gaza. Se llama Siwar y debería de pesar 6 kilos. Su madre, Najwa, explica que “no había comida cuando di a luz”. Y tampoco podía amamantarla porque no podía alimentarse. Siwar “solo toma leche de fórmula, y no sabemos cómo vamos a poder proporcionársela”. “El hospital está intentando encontrar más suministros, pero Siwar está débil y sufre diarrea constante”. Esto pasa porque “Israel interrumpió la entrada de toda ayuda humanitaria y otros suministros a Gaza el 2 de marzo”.
No es “antisemitismo”, es la impunidad
El mundo está cada vez más harto de la impunidad. Eso es lo que debe cambiar: las y los ultrarricos no deben sentirse capaces de lo que quieran, y los presidentes de los países con los ejércitos más poderosos (Rusia, EE.UU., Israel), tampoco. En Euronews titularon: “El dramático aumento del antisemitismo en Europa ensombrece el aniversario de la II Guerra Mundial”, pero erraron. Esto no va de antisemitismo (yo mismo diferencio siempre que puedo entre el gobierno y el ejército israelíes y el país), esto va de impunidad. La de Netanyahu, la de sus socios en el gobierno, la de su ejército y, por supuesto, de quien los apoya y defiende.
Debemos ser responsables
Sí, debemos ser responsables con lo que sucede en el mundo, con nuestra inacción y nuestra acción: “Durante milenios, la humanidad ha comido lo que tocaba. Ahora ha empezado a comer lo que quiere y eso tiene consecuencias”. Pocos titulares serán más redondos que este de Javier Jiménez en Xataka, que sigue igual de bien: “El mercado y la globalización ha conseguido algo increíblemente difícil: poder tener productos estacionales durante todo el año. A veces, trayéndolos de otras zonas del mundo (como en el caso del aguacate); otras veces, buscando macrovariedades que permitan su cultivo durante todo el año”.
Todos somos potencialmente peligrosos
Tengo una anécdota en la frontera entre México (donde viví) y EE.UU. (que quise visitar). Un pinche policía gringo nos retuvo y quiso extorsionarnos. Nos hizo sentir como potenciales delincuentes (negándose a devolver nuestros pasaportes europeos). De esto ha pasado alguna década, pero me temo que solo ha ido a peor: según The New York Times, JD Vance y Kristi Noem instaron a quienes acudan a EE.UU. a ver la Copa del Mundo de fútbol a que no se queden más tiempo de lo que marcan sus visas. Es decir: tratan a todos menos a los estadounidenses como potenciales delincuentes. Se merecen que les aislemos. Desde siempre.
El puto amo. O no
Quien pone a Elon Musk como ejemplo de empresario lo que quiere es ponerlo como ejemplo de sociópata, lo que quiere es demostrar que dañar es legítimo. Pero no lo es. Y por cierto, Musk tampoco es un gran empresario: gana más dinero con su falta de escrúpulos que con su visión para invertir. Porque la realidad es esta: “Twitter España registró sus primeras pérdidas en España en una década, tras la compra de la red social por parte de Elon Musk” (Economía Digital). Eso a él le da igual: ya ha preparado una ingeniería de compra-ventas (sin que el gobierno estadounidense le moleste) para hacer rentable X aunque pase lo que vemos.