Las transformaciones económicas del futuro en Europa pasan por afrontar las necesarias transiciones energética y digital, pero también por la reindustrialización de su tejido productivo. Son algunas de las conclusiones del informe Draghi que, elaborado por el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, está desde hace meses sobre la mesa de los gobiernos europeos. El objetivo final es que Europa no pierda comba en la carrera económica y científica con Estados Unidos y China, dos potencias en estos momentos con mayor potencial inversor, tanto público como privado, y que se encuentran muy avanzadas para afrontar los cambios tecnológicos sobre los que se va a construir el desarrollo económico de las próximas décadas. Con esas premisas se trabaja también en Euskadi, donde el Parlamento Vasco aprobó hoy la modificación de la Ley de Presupuestos presentada por el Ejecutivo para incrementar en 1.000 millones de euros su capacidad de endeudamiento este año y el que viene con el propósito de invertir en sectores y empresas que permitan la transformación de la economía de Euskadi y, de forma particular, en aquellas que tengan “impacto directo en el sector científico-tecnológico, empresarial e industrial”, explicó en la cámara vasca el consejero de Hacienda, Nöel d’Anjou.
En concreto, estos objetivos se recogen en el pacto de constitución, el pasado mes de marzo, de la Alianza Financiera Vasca entre Lakua y nueve entidades financieras (Federación de EPSV de Euskadi, BBVA, Laboral Kutxa, Kutxabank, Fundación BBK, Kutxa Fundazioa, Vital, BasqueFik y Elkargi). A través del Instituto Vasco de Finanzas se canalizarán las inversiones que, no obstante, aún no cuentan con definición en cuanto a qué sectores concretos o empresas determinadas se dirigirán. “Es pronto para eso, pero sí tenemos identificados diferentes objetivos, como potenciar los campos científico-técnico y energético”, apuntó d’Anjou en su comparecencia ante los medios.
“Queremos situar a Euskadi a la vanguardia de la reindustrialización europea”, expuso el consejero. Se pretende que la inversión pública sirva de palanca para accionar la movilización de capital privado, que cuenta con “capacidad” para unirse a esta “visión de futuro compartida y ambiciosa”, indicó el máximo responsable de la cartera de Hacienda, reivindicando así la colaboración público-privada. “Nuestra meta, aplicando la regla tres a uno de Mario Draghi, es que esta inversión pública de 1.000 millones de euros sea capaz de movilizar, al menos, 3.000 millones más de capital y ahorro privado. Alcanzaremos así una potencia financiera de 4.000 millones durante la presente legislatura”, indicó durante su intervención en el Parlamento el consejero.
No obstante, a renglón seguido, subrayó que “contamos con capacidad y solvencia para disponer de este recurso adicional”, destacando que se plantea “con una actitud de prudencia y con la cobertura de la senda de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera acordada en el seno de la Comisión Mixta del Concierto Económico el pasado 23 de diciembre”. Asimismo, en rueda de prensa, d’Anjou explicó que desde el Ejecutivo “somos conscientes de lo que cuesta cada euro” y que la utilización de esa capacidad de endeudamiento se ejecutará “con criterio” y “en defensa del interés general de Euskadi”. “En términos de endeudamiento, Euskadi se sitúa entre las Comunidades con menor deuda pública: un 11,43% en relación al PIB según los datos actualizados a 30 de abril, esto es, 10 puntos por debajo de la media de las comunidades del Estado”, justificó.
Asimismo, puso en valor que Euskadi cuenta “con capacidad y solvencia para disponer de este recurso adicional de endeudamiento” y detalló que “los fondos adicionales podrán implementarse durante los ejercicios 2025 y 2026, y estarán dirigidos a dotar al Instituto Vasco de Finanzas de los recursos necesarios para cumplir con las finalidades acordadas, dinamizar la industria, consolidar el arraigo empresarial y hacer de Euskadi un referente en infraestructuras del conocimiento y la energía”. Además de promover la creación de nuevas empresas y fomentar el desarrollo de sectores implicados en esas vertientes de transformación, el otro propósito es el de “arraigar” el empleo que se genere mediante estas inversiones.
Los siguientes pasos deberán pasar por concretar en qué campos y compañías, tanto existentes como nuevas, se materializarán esas aportaciones de capital. “Estamos manteniendo ya un programa de reuniones”, informó d’Anjou. Entre ellas, varias con “los agentes económicos, potenciales socios y otros actores privados”. “Estamos identificando las necesidades de inversión, para proceder a su priorización y plantear los instrumentos más adecuados para atenderlas”, añadió.
En el debate, la parlamentaria del PNV Alaitz Zabala reconoció que “incrementar el endeudamiento le da respeto” al PNV, pero defendió que es “una herramienta que, utilizada con prudencia, puede ser fundamental para impulsar el desarrollo y garantizar el bienestar de la sociedad”. “Debemos ser prudentes, pero no tenemos que tener miedo”, insistió. Por su parte, la parlamentaria del PSE Susana Corcuera defendió las medidas, ya que “solo unidos, solo desde el liderazgo político y económico y con unas políticas económicas alineadas en Euskadi, en España y en Europa, seremos más eficaces ante la guerra arancelaria desatada por Trump y ante los retos que se plantean” en la situación geopolítica actual.
El parlamentario de Bildu Pello Otxandiano se felicitó porque la deuda “ha dejado de ser un tema tabú” y cree que “ahora lo que toca es hacer un uso inteligente y estratégico”. Por su parte, el parlamentario del PP Álvaro Gotxi criticó el procedimiento de tramitación utilizado, ya que quiere “la aprobación rápida” de “una carta blanca en la que piden mil millones de euros y no explican para qué los quieren y cómo se van a gestionar”. Desde Sumar, su parlamentario, Jon Hernández, criticó que “no hay garantía de que esos millones se utilicen de manera justa”, por lo que rechazó dar “un cheque en blanco al Gobierno para que haga inversiones que no garanticen, como hasta ahora, ni el arraigo, ni el mantenimiento del empleo”.